Introducción
¿Es posible dejar de pagar la cuota de autónomos legalmente?
Muchos emprendedores se plantean montar una SL por este motivo, pero desconocen las obligaciones que ello conlleva.
En este artículo te explico cuándo es obligatorio registrarse como autónomo societario, qué implica y qué errores evitar si estás considerando este paso.
¿Qué es un autónomo societario?
Un autónomo societario es alguien que, siendo socio de una sociedad limitada, también trabaja dentro de ella, tomando decisiones y realizando tareas clave. No importa si no tienes el 100% de las acciones; si posees una participación significativa y trabajas activamente, podrías estar obligado a registrarte en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
¿Cuándo estás obligado a darte de alta?
El artículo 305 de la Ley General de la Seguridad Social establece que deben darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) todas las personas que realicen de forma habitual, personal y directa una actividad económica por cuenta propia, con ánimo de lucro, y fuera del ámbito de dirección de otra persona.
Esto incluye expresamente a quienes trabajan en su propia sociedad si:
Eres administrador o consejero y desempeñas funciones de dirección o gerencia, recibiendo una retribución, y además tienes el control efectivo de la sociedad.
Se presume que existe control efectivo cuando:
Posees directamente o a través de familiares convivientes al menos el 50% del capital social.
Tienes al menos un 33% del capital social.
Tienes un 25% del capital y ejerces funciones de dirección o gerencia.
En resumen: si trabajas de forma habitual en tu sociedad, prestas servicios de forma directa y personal, y cumples alguno de los criterios anteriores de participación y funciones, la ley presume que tienes control efectivo y, por tanto, debes darte de alta como autónomo en el RETA.
Diferencia entre ser socio y administrador
Es crucial diferenciar entre ser socio y ser administrador. Si bien ser socio implica poseer parte del negocio, ser administrador significa tener la capacidad de tomar decisiones importantes. A veces, puedes ser ambas cosas, lo que suele ocurrir en las nuevas empresas.
La comprobación del control efectivo sobre la sociedad puede llevar a la administración a clasificarte como autónomo societario, incluso si no apareces oficialmente como tal en los registros.
Casos prácticos que ilustran estas obligaciones
Analicemos algunos escenarios comunes:
Caso 1: Menos del 25% y empleado
Si tienes menos del 25% de las participaciones y trabajas como empleado, no es necesario que pagues la cuota de autónomos.
Caso 2: 30% y administrador
Si posees un 30% de las participaciones y eres administrador, deberás darte de alta en el RETA y pagar la cuota correspondiente.
Caso 3: 40% y no administrador
Tener el 40% de las participaciones y trabajar en la empresa implica que debes registrarte como autónomo societario, aunque no seas administrador.
Caso 4: 50% y familiares trabajando contigo
Si tienes el 50% del capital y tus familiares colaboran, también podrás estar obligado a darte de alta, a menos que haya una relación laboral definida.
Riesgos de no registrarse como autónomo societario
Si decides no darte de alta, puedes enfrentar sanciones significativas. La administración puede registrarte de oficio con hasta 4 años de retroactividad, lo que puede resultar en multas que varían desde 600 hasta más de 6.000 euros.
Impacto fiscal y mentalidad empresarial
Las obligaciones de autónomo societario afectan también tu fiscalidad. Si emites facturas a tu sociedad, tributarás según tu actividad económica o mediante nómina, afectando tus decisiones financieras.
Además, ser autónomo societario puede cambiar tu mentalidad empresarial, llevándote a ser más estratégico en cómo involucres tu capital.
En En Busca del Fuego, ofrecemos recursos que pueden ayudarte a navegar por estas decisiones.
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Conclusión
Conocer las obligaciones de autónomo societario es vital para evitar problemas legales y financieros. Esta información te permitirá tomar decisiones más acertadas y desarrollar una mentalidad empresarial más sólida.
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